“”hola hija, que vas a querer para navidad? , dijo el papá por teléfono. La pregunta parecía necia. Era la misma desde hace años. Hoy Daniela no le dijo “las bratz, la barbie”, ni la ultima muñeca, le dijo: “quiero que vengas”. Ante esa pregunta, Juan le responde: tal vez el otro año, en diciembre. La Misma promesa, no cumplida.
El Salvador es un país con un importante numero de salvadoreños trabajando en el extranjero, muchos dejan sus familias y llenan las necesidades materiales de sus familias con las remesas familiares. ‘’Chiquitos es fácil, con cualquier mentira los calmas, pero a un adolescente no le das paja”’ Comento una mamá, al reflexionar sobre el tema. Y es que su hija cumplirá quince años, y como muchas quinceañeras, tendrá una fiesta con todo lo que el dinero puede comprar , pero sin lo mas importante para ella: la presencia de su papa.
Laura es una quinceañera y tiene la dicha de tener una fiesta completa, pero su papa no podrá estar con ella, físicamente, si telefónicamente. La quinceañera escoge una canción del extinto grupo mexicano RBD, la canción sálvame, y es que para la quinceañera, se identifica con su realidad:””Extrañarte es mi necesidad, vivo en la desesperanza, desde que tu ya no vuelves mas, sobrevivo por pura ansiedad, con el nudo en la garganta, es que no te dejo de pensar” poco a poco el corazón va perdiendo la fe, perdiendo la voz, sálvame del olvido, sálvame de la soledad “’, una letra dura, que refleja en cierta medida lo que siente la adolescente.
El video lo quiero rápido, porque lo queremos mandar a Estados Unidos, una solicitud frecuente con este tipo de casos, tal vez un adolescente no entienda la importancia que su papa este fuera del país trabajando para sostenerlos. Ella lo quiere aquí, y no le importa si su papa tiene papeles o no que le permitan salir y retornar a Estados Unidos, a ella lo que le importa es estar con El. La simple presencia, no se pide mucho, tan solo verlo , oírlo, pero en vivo, no facebook, no twitter, no skipe, no teléfono.
“’No se trata de ser ingenuo, pero muchos consiguen nuevas parejas o hacen una nueva familia en Estados Unidos, y terminan criando otras hijas que no son de ellos, pero de las mismas edades que sus propias hijas,”’ Dice una mama, con el caso de tener a su esposo fuera del país desde hace quince años. Y hace una valoración “’EL dinero que nos manda es necesario, gracias a el, hemos podido vivir en una zona mas segura, estudian en un buen colegio, pero tal vez si estuviera aquí, tal vez tuviéramos menos, pero creo que serian mas felices los niños””, asegura.
El éxodo del salvadoreño de su país es algo innato. Muchos aspiran a irse, profesionales jóvenes con una educación universitaria aplican a Canadá, Australia, cualquier lugar donde puedan establecerse legalmente. Los menos afortunados emigran a Estados Unidos de manera ilegal, y pierden esa conexión con sus familias, porque no pueden retornar.
El adolescente que no tiene a su padre por la emigración , muchas veces podría necesitarlo, y se transforma en un drama, porque si tienen a su papa, en teoría, pero en la practica, no. “’Yo Creo que no vale la pena, lo que me ha mandado todos estos años me lo gasto todo, no ahorro nada, y Él tampoco ahorra, desde que se puso difícil la cosa en Estados Unidos, y no tiene tanto trabajo, si se regresa, se viene sin un cinco, y entonces, ¿de que ha valido la pena? Por que no regresa nunca? Porque no pueden, están condenados a envejecer trabajando en una sociedad que no los acepta del todo, pero necesitan de ellos, mientras sus familias pierden la esperanza de reunificarse. Y a las quinceañeras no les toca mas que conformarse, dar vuelta a la pagina, y aceptar su realidad.
La falta de un padre no incide en el éxito de un joven, ni en el rendimiento académico, prueba de ello es muchos jóvenes ejemplares que han perdido a sus padres, o uno de ellos, por causas de fallecimiento. “Si no tenes papá porque se murió, ni modo, no pasa nada, pero diferente es saber que no tenes porque te abandonó”, afirma una quinceañera, que tiene sentimientos encontrados al tener una fiesta, pero no tener a su papá.