Termina la boda en la Parroquia Montelena. Todos los invitados suben a sus vehiculos, pero no salen del complejo funerario. Se quedan ahí a celebrar la recepción. Una calle en la oscuridad los lleva hacia un toldo permanente tipo circo que luce muy atractivo. La grama perfectamente cortada da  la idea de estar en un area verde ideal para celebrar una boda.
   El deficit de espacios abiertos en el país, engramados, con amplisimo parqueo, y con la facilidad de llevar uno mismo la comida  hace que el surgimiento de éste espacio caiga como anillo al dedo: cada vez más  parejas quieren celebrar aqui.     Aqui no asustan a nadie, así que puede estar tranquilo, afirma el vigilante  «Aqui lo único que podría aparecerle es un tacuazin»,   Él cuida por las noches el complejo, y asegura que la comunidad de «tacuazines» no representa ningún peligro porque son «bien manzitos» .
La idea de celebrar en un cementerio ha generado cierto temor en algunos invitados, «agarrame bien, no me vaya a ir en un hoyo» le dijo Doña Eloisa entre risas a su hija, mientras caminaba hacia la fiesta. Al contrario, No hay nada que haga alusión a que estás en un cementerio. Por cierto, en  ése sector, da la impresión de estar en una boda de campo, sin estar lejos de la ciudad. La idea está bonita, aunque habría que ponerle un nombre diferente para darle una identidad propia.
Hemos estructurado varias interrogantes  ante el boom de éste nuevo lugar para celebrar:
– Si la música está aburrida,  y optas por irte temprano, ¿dirías que te vas  porque «todo está bien muerto»?
-Si el dj pone «thriller» de Michael Jackson, ¿daría miedo?
-Si una misma noche hay una vela y llegan los «dolientes», ¿cómo se les tendría que llamar a  los invitados de la boda ? ¿Los «sonrientes»?
-Si para vender los nichos, se resalta el «vecindario exclusivo»  del complejo, ¿Y  para vender una boda, qué se resaltará?
-Diseñarán algún paquete completo que incluya Celebración de boda religiosa, fiesta, velación y entierro?   Esto si sería literalmente un paquete «todo incluído».
 – Y el vigilante cuando uno entra preguntará ¿viene a la fiesta o al entierro?.