Es sábado, son las 3 de la tarde, y en el salón de belleza «90 grados» hay cuatro mujeres con su sequito de amigas arreglandose para sus bodas. Son cuatro novias que, casualmente, coinciden en un salón que se ha especializado, más bien, posicionado con las bodas tanto, que ya se habla del monopolio que tiene con las novias.
A juzgar por la cantidad de salones de belleza en la capital, se supone que es un buen negocio, muy competitivo, pero en 90 grados no necesitan competir, porque, al menos en el maquillaje y peinados para bodas o eventos especiales tienen un dominio tan grande, que hay dos tarifas, cuando te atiende el propietario, es un 25% más caro, a si te atiende un empleado. Y la gente lo paga.
El nombre del estilista famoso es Eduardo Matheu, quien sábado a sábado tiene a las novias más exclusivas, junto con sus amigas, maquillandose para sus bodas. «Ahi llegan novias con pisto y otras que no tienen mucho ,pero el requisito es ser delgada y salen de ahi más bonitas, a saber qué les hace Eduardo» afirmó una cliente de dicho salón. «Y es que el tiene esa mágia para hacer a veces bonito lo feo», aseguró.
El salón, con 17 años de existir, ha maquillado a las novias más elegantes, si la reina de Inglaterra viviera aqui, se maquillara en 90 grados, pero ese éxito no es por un local llamativo, en la calle de la colonia Escalón donde está apenas se logra ver un rótulo, tampoco es tan «luxury» como «Sento» de los mismos dueños de «Vidals», pero entonces , Qué tiene este salón para que tenga a todas las novias?
El talento de Eduardo, pero también es la moda, y en el sector de bodas, muchas veces se contrata lo que está de moda, y como «sutanita» se maquilló ahi, entonces todas quieren hacerlo. » Lo que si puedo asegurar es que Eduardo es tan humilde, ordenado y discreto con sus clientes que ahi radica también el éxito de este salón» afirmó un empleado del lugar.
Para muchas novias, el maquillista es toda una celebridad «Muchas novias en la actualidad nos piden que lleguemos al salón para fotografiar los preparativos, pero hemos notado que lo que más les interesa es tener la foto que Eduardo las esté maquillando» afirmó Pedro Aparicio.
Otro proveedor de fotos de bodas opina sobre el hecho de llegar de «metidos» a fotografiar el salón » A nadie le gusta que hallan extraños cuando le están haciendo el pedicure, o están sin ningun arreglo, pero en ese salón es la exepción, porque se llena de fotografos y camarografos que estan parados sin hacer nada la mayor parte del tiempo, muchas veces estorbando el paso, pero ese es el chiste, llegar para filmar el pedicure, manicure, y cuando les ponen las pestañas postizas» afirmó otro camarógrafo, quien dice estar «en contra de filmar algo tan intimo como cuando te transforman en el salón». Y es que algunos fotografos toman miles de fotos de los preparativos, el vestido, las copas, los detalles pero se olvidan de tomar lo importante, que es la boda, con sus invitados, de ahi vienen las decepciones.